sábado, 13 de marzo de 2021

‘Un episodio nacional’ o el certero retrato de nuestras miserias morales de antes de ayer

 

Se cumplen dos años de la publicación de esta novela, la segunda de Carlos Mayoral (Madrid, 1986), y desde que vio la luz tenía pendiente reseñarla. Lo hago ahora, fuera de la campaña de promoción, y porque su calidad la convierte en una narración intemporal. 

Aparentemente, nos hallamos ante una novela de género. Mayoral se adentra en las profundidades de un crimen celebérrimo, el de la madrileña calle de Fuencarral, acaecido en julio de 1888, y nos permite admirar aquel Madrid dividido y la eterna pugna entre el proletariado y la burguesía. Ese suceso avivó, de hecho, la lucha de clases en la España finisecular del siglo XIX, representada por los partidarios de la presunta homicida, una criada, y por los del señorito, el hijo de la difunta, un bala perdida. Pese a que el desenlace de aquel asesinato devenido en circo mediático se puede conocer de antemano con un rápido vistazo al infalible oráculo de Google, Mayoral le imprime a la trama temperatura de thriller y consigue enganchar al lector desde el mismo comienzo como si la historia criminal que nos relata fuese inventada. A ello contribuyen también la impecable labor de documentación, pues el autor nos regala valiosos detalles que no aparecen en internet y sí en hemerotecas y en las tripas de distintos libros, y su encomiable capacidad para levantar personajes a partir de los datos registrados en diarios de la época y en documentos legales. 

sábado, 26 de diciembre de 2020

De cuando Pau Donés despegó como un cohete

Con Pau Donés y Pilar Cruz, del departamento de prensa de la discográfica Virgin, en el mítico bar La Vía Láctea (Madrid) en enero de 1999.

 
(Publicado en la web Uppers el 23 de diciembre de 2020)

Pau Donés siempre se mostró agradecido con los dioses por el sitio que ocupaba entre la élite del pop/rock español, puesto que él sabía bien lo que era ganarse el pan con sudor y resignación fieramente humana. Hasta que le tocó el Gordo con «La flaca» fue un mortal más que tuvo que estudiar una carrera ―Económicas― y sobrellevar el peso de distintos trabajos puramente alimenticios: camarero, modelo ocasional, becario en un banco y ejecutivo en una agencia de publicidad. Su primer disco lo apartó del rebaño y lo convirtió en un privilegiado, pero nunca despegó los pies del suelo ni olvidó de dónde venía ni lo que su nuevo estatus significaba para quien, en sus horas bajas, llegó a pensar que era más fácil volar sin la ayuda de máquinas que poder vivir de las propias canciones. Esa eterna gratitud no le impidió hacerse con las riendas de su carrera desde que alcanzó el éxito, y a partir de ahí mantuvo una actitud artística y empresarial insobornable.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Los últimos latidos de Lennon

(Publicado en la web Uppers el 8 de diciembre de 2020) 

Nunca sabremos qué nuevas aportaciones habría hecho John Lennon a la historia de la música popular, que tantísimo le debe, si hace cuatro décadas un desequilibrado no se hubiera cruzado en su camino como un ángel exterminador. ¿Habría alumbrado más obras maestras? Es casi seguro que sí, teniendo en cuenta su enorme talento y su edad, 40 años, pero cabe pensar que habría firmado a su vez trabajos por debajo de su genio. ¿Habría seguido generando titulares polémicos? Rotundamente sí, ya que poseía un don especial para provocar un incendio en cada entrevista. Y la pregunta del millón de libras esterlinas: ¿los Beatles habrían vuelto? Aunque entonces parecía un imposible, puesto que Lennon renegaba de la que es considerada la mejor banda musical de todos los tiempos y tanto él como las otras dos cabezas pensantes andaban en otra, quién sabe. Tal vez, cerradas, por fin, las viejas heridas, los cuatro de Liverpool podrían haberse dado una tregua para grabar alguna canción o incluso un disco, o para ofrecer un concierto. Desde luego, las ofertas para realizar una gira de reunión habrían sido difíciles de ignorar debido al persuasivo talón en blanco sobre la mesa. 

Pero eso es algo que jamás llegaremos a saber. Lo que sí sabemos, en cambio, es que su absurdo asesinato terminó de canonizarlo y lo convirtió en el beatle supremo, al tiempo que condenó a Paul McCartney a lucir la etiqueta de eterno segundón y revalorizó la figura de George Harrison. En el 40 aniversario de su muerte, este artículo relata cómo fue el último día entre los vivos de uno de los grandes iconos planetarios de la segunda mitad del siglo XX. 

Madrid, mi amor, tú que soportas tanto…

Escultura de la Fuente de Cibeles, uno de los grandes símbolos de Madrid.

(Publicado en el número de noviembre de la revista TintaLibre) 

Durante los últimos 40 años, Madrid ha sido la risa más sonora de Europa, un territorio palpitante que jamás echaba el cierre, pero hoy es una ciudad estremecida y apocada. Una ciudad que si pudiera contemplarse en un espejo, envejecería un siglo en un solo segundo. Esto es así desde que el mayor asesino en serie de nuestro tiempo, el coronavirus, cayó sobre nosotros como un misil. 

Hubo un espejismo frugal y azul llamado verano que hizo creer a los más lanzados, a los menos prudentes, a los más estúpidos que la «anormalidad» perdía fuelle y la bendita rutina de la salud y el estrés iba a ocuparlo de nuevo todo, pero no. En el foro, el imperio de la desolación es cada día más poderoso, menos reductible, y los madrileños, esos apátridas sin himno ni bandera más allá de su legendaria hospitalidad y su ausencia de prejuicios, nos sentimos tan huérfanos como los niños cimarrones y prematuramente adultos de El señor de las moscas.    

domingo, 5 de abril de 2020

El don de la ‘Auternidad’

Con Aute y una amiga suya en el estudio de su casa de Madrid, en 1997.

En estos días homicidas e implacables con los caídos, quienes deben cruzar la línea definitiva sin que sus íntimos puedan lanzarles in situ un último beso, ha muerto Luis Eduardo Aute, artista integral y uno de los más hondos y exquisitos escritores de canciones en lengua española de siempre.

El coronavirus, el mayor asesino en serie de nuestro tiempo, se obstina ruidosamente en que trivialicemos la muerte. En que nuestro natural asombro ante su presencia quede anulado. Porque desde que vivimos enjaulados, apartados de la propia especie por temor a contagiarnos, los partes con cientos de bajas humanas nos aplastan día y noche como en una guerra. La guerra que pensábamos nunca íbamos a librar. Sin embargo, al conocer el fallecimiento de Aute compruebo de inmediato que mi capacidad de sorpresa ante la muerte y mi arsenal de tristeza permanecen intactos.

domingo, 22 de marzo de 2020

Iñaki enchufa a Bach

Iñaki Uoho Antón en un momento de su actuación en el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas junto a la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria.

Ha colgado Extremoduro en su página oficial tres vídeos en los que Iñaki Uoho Antón, acompañado de la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria, interpreta piezas de Johann Sebastian Bach en el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas. Iñaki ya había coqueteado con Bach en La ley innata, la obra magna de Extremoduro y el mejor disco español, de cualquier género, de la primera década del presente siglo. Pero en este caso lo que vemos es todo Bach, de principio a fin. Es decir, su audaz guitarra eléctrica sobre un fondo de violines, violas, violonchelos, flauta de pico, contrabajo y clavecín acometiendo el concierto de Brandeburgo n.º 4 (movimientos: I. Allegro. II. Andante. III. Presto), el concierto para clave n.º 5 en fa menor, BWV 1056 (interpretado en fa sostenido menor), y el Preludio y Fuga n.º 2 en do menor, BWV 847.

jueves, 19 de marzo de 2020

Nostalgia de los lunes

Fotograma de la película Abre los ojos (1997), de Alejandro Amenábar.

Sin apenas darnos cuenta, de un día para otro, el tráfago de la cotidianidad, cuyo ritmo repetitivo nos parecía inmune a cualquier alteración, se ha detenido. La rutina más elemental ha pasado a ser una imagen de otro tiempo. Salir a la calle y adentrarse en el río de la especie, eso que hemos venido haciendo desde que guardamos memoria, desde la infancia hasta ayer mismo, no es posible. Donde antes todo era bullicio, prisa, estrés, ahora sólo restalla el silencio. Un silencio inédito que se visualiza en avenidas desnudas, en bares y comercios clausurados, en ciudades fantasma.

viernes, 20 de diciembre de 2019

El canto del buitre (despedida y cierre)

Cartel provisional de la gira de despedida de Extremoduro.

El anuncio de la disolución de Extremoduro ha caído igual que un misil entre las varias generaciones de españoles que han crecido con el lírico rugido de Robe de fondo. Al poco de conocerse la noticia, las reacciones en redes sociales semejaban una larga elegía. Como una de esas mágicas corrientes de hermandad que se generan en los conciertos, miles de personas compartieron la misma inquietud: «Joder, ya no voy a volver a disfrutar de un nuevo disco ni a verles tocar». A lo del disco sí que parece que va a haber que hacerse a la idea ―aunque la vida tiene muchas paradas y ya apuntó el clásico que nunca digas nunca jamás―, pero lo de verles sobre un escenario sí va a poder ser: Iñaki Antón y Roberto Iniesta ofrecieron una rueda de prensa en Madrid para anunciar una gira de despedida que arrancará en mayo del año que viene. Por el momento, doce conciertos en ocho ciudades. Las entradas ya están a la venta.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Y en esta noche absoluta, de repente, un relámpago de épica y poesía

Portada del deuvedé y doble cedé Robe. Bienvenidos al temporal.

No es Robe. Bienvenidos al temporal una película ni un documental, como algunos pregoneros mal informados han esparcido en distintas publicaciones y en redes sociales, sino la grabación, en deuvedé y doble cedé, de un concierto confeccionado con fragmentos de tres de las actuaciones de la gira española que Roberto Iniesta realizó el año pasado en compañía de los músicos con los que levantó sus dos discos en solitario. Esas actuaciones son las de Barcelona (Palau de la Música), Mérida (Teatro Romano) y Madrid (WiZink Center).

Aclarado esto, conviene precisar también (y este es un apunte para neófitos) que las canciones incluidas no son en modo alguno convencionales. Y no lo son porque Iniesta es, quizá, el compositor español ―de música popular, se entiende― que con mayor ahínco transgrede los estándares ortodoxos sobre cómo hacer una canción y siempre que se pone a crear aspira a la invención y no al remedo.

sábado, 27 de octubre de 2018

Roberto Iniesta: «La corrección política siempre me ha parecido un disfraz para los malos»

Roberto Iniesta, en Madrid, en un momento de la presentación en cines del concierto Robe. Bienvenidos al temporal. (Fotografía: Olmo Calvo.)


Parece que los días en los que Roberto Iniesta, Robe (Plasencia, 1962), dispensó a los medios de comunicación la misma medicina que estos le habían dado a él, el desprecio absoluto, han quedado definitivamente atrás. La década de ninguneo que sufrió, la devolvió enterrando el teléfono idéntico número de años. Unos años en los que los periodistas se lamentaron por no haber advertido antes que el metal del que estaba hecho ese poeta y músico que manejaba con igual maestría la lira y el bardeo, era oro puro. Pero eso, ya digo, pertenece al pasado. En sus últimos trabajos, tanto al frente de Extremoduro como en su caminar en solitario, ha levantado el veto y ha charlado con los chicos no tan malos de la prensa. La razón de un nuevo encuentro con ellos ha sido esta vez el estreno en salas de cine de Robe. Bienvenidos al temporal, un concierto, que saldrá en deuvedé y cedé, confeccionado con fragmentos de tres de las actuaciones de la gira española del mismo nombre que ofreció el año pasado. En concreto, las de Mérida (teatro romano), Madrid (WiZink Center) y Barcelona (Palau de la Música). Ese concierto se compone de las canciones que conforman sus dos discos en solitario, Lo que aletea en nuestras cabezas y Destrozares. Canciones para el final de los tiempos, deudoras, por su calidad y belleza, de la música clásica. Robe charla, en exclusiva para EL MUNDO, de eso y de otras muchas cosas con esa lengua suya, un machete.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Aquel concierto de U2 en el Bernabéu en 1987: la noche en que fuimos tan jóvenes

El cantante Bono, de U2, mitad hombre, mitad dios.


Con motivo de los dos conciertos que el supergrupo irlandés ofrece en Madrid este jueves y viernes, rememoramos su primera actuación en España

Estalla en la atmósfera «With or without you» y el estadio en pleno ―100.000 personas― ruge como una garganta única. Bono ha entrado en trance. El bramido de la multitud y su total reverencia lo han atravesado igual que un rayo. Parece un Cristo de videoclip, un iluminado: los brazos extendidos, la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, meciéndose apenas. Es presa de un arrebato colectivo que, en pleno éxtasis, quizá acierta a intuir histórico.

viernes, 31 de agosto de 2018

Jacob Mayhem, canciones contra las tempestades del ánimo

Un momento de la actuación de Jacob Mayhem en la sala Galileo Galilei.


El joven músico madrileño presentó en la sala Galileo Galilei sus primeras composiciones en español, un cóctel de pop y canción de autor con el que rinde homenaje a la vida

Aunque nos duela, el verano es ya un intruso en este Madrid que comienza a desperezarse tras un sueño frugal y azul. Agosto se desangra sin remedio, sí, pero en su ocaso aún se pueden vivir algunas experiencias placenteras, con los conciertos (la música, siempre la música) a la cabeza. Anoche, en la sala Galileo Galilei, uno de los templos de la mejor canción de autor, Jacob Mayhem, nombre de guerra de Jacobo Miralles, desplegó durante una hora y media el muestrario completo de sus inquietudes artísticas. Lo hizo respaldado por un puñado de músicos solventes: Javier Rubio, guitarra; Pepe Curioni, bajo; Carlos Salvavidas González, teclados; Esteban Alonso, batería, y Lía, voz de acompañamiento.

martes, 10 de julio de 2018

Kiss, el beso húmedo del Nueva York profundo



Historia viva del rock universal, Kiss ofreció para 12.000 rendidas personas un concierto corto pero de alta intensidad

La osada carrocería de Kiss, su estética única, le ha supuesto desde sus inicios un arma de dos filos. Para muchos, esa ha sido la razón para ingresar en su universo y jurarles lealtad eterna. A otros tantos, en cambio, el maquillaje, las plataformas, los trajes de ciencia ficción y el derroche de efectos especiales les han dado argumentos para minimizar sus virtudes puramente musicales, y ello pese a su incontestable influencia en una buena parte de las bandas de rock estadounidenses que eclosionaron en los ochenta y noventa. Para los segundos, los integrantes de Kiss no pasan de meros entretenedores. Unos tipos listísimos con una preclara visión de lo que es el show business, pero más interesados en ofrecer un espectáculo cegador y en salir pintones en las fotos que en hacer buenas canciones. Mucho ruido y poca enjundia, en fin.

domingo, 8 de julio de 2018

Los Secretos y Madrid, 40 años de amor



Tiene Madrid sus símbolos ―parafraseando al maestro Gimferrer como el mar su mecánica. La Cibeles. Neptuno. La Puerta de Alcalá. El Oso y el Madroño. El Museo del Prado. La Gran Vía. El Retiro. La M-30. Los Secretos.

Desde que en el lejano 1980 los hermanos Urquijo decidieron compartir con el resto del mundo ese caudal de tristeza que bullía en su interior (aunque el embrión, Tos, surgió dos años antes), Madrid ha asistido, y no precisamente muda, al crecimiento y la consagración de un grupo que ha hecho de la melancolía y la fatalidad su adictivo estandarte.

miércoles, 27 de junio de 2018

Un tal Fito de Hamelín

Fito Cabrales en el tajo.


Con un concierto eminentemente guitarrero (y saxofonero), con derroche de artistas invitados, Fito y sus magníficos Fitipaldis les alegraron la noche a las cerca de 15.000 personas que acudieron al WiZink Center

Lo que Fito Cabrales hace sobre un escenario no es tocar (y eso que tocar, joder, toca mucho) ni interpretar sus canciones (por más que estas tengan una huella digital inequívoca). No. Si se trata de escribir con propiedad, lo que Fito hace en escena con sus instrumentos (guitarra y voz) es arrastrar a la gente, llevársela al huerto de la dicha, hipnotizarla. Desde el primer segundo del concierto de anoche en el WiZink Center, cuando apenas habían transcurrido cinco minutos de la hora fijada, hasta su conclusión, dos horas y media después, Fito tiró del público igual que un niño ensimismado y felicísimo tira de su cometa. Y aquel se dejó llevar por ese falso niño sin oponer la más débil resistencia y disfrutó del vuelo como un niño más.

domingo, 24 de junio de 2018

La inclemente España o la insana afición a derribar mitos

El percance que Sabina sufrió hace unos días en Madrid, y que le obligó a acortar su concierto antes de tiempo, ha vuelto a poner de manifiesto que este país, ante el menor desliz de un popular, célebre o famoso, tira con bala explosiva. Da igual que luego se haya sabido que la afonía que se adujo para no continuar, y de la que tantos desconfiaron, era, en efecto, una «disfonía aguda consecuencia de un proceso vírico», diagnóstico que ha propiciado la cancelación de las cuatro últimas citas de la gira Lo niego todo. Y digo que da lo mismo porque aún son legión quienes insisten en que el cantante y compositor, dado su salvaje historial, seguro que la noche anterior a la actuación, en vez de ser un buen chico y cuidarse, estuvo imitando a Al Pacino en El precio del poder, y por ello debería devolver la pasta a los insatisfechos asistentes sí o también. Porque, como digo, aquí, en España, patria querida, tonterías las justas. Pues lo de darle leña al mono hasta que aprenda el catecismo es nuestro himno oficioso.

miércoles, 20 de junio de 2018

Sabina tenía razón. Sabedlo

Joaquín Sabina retratado por el fotógrafo Javier Salas.


Se cancela el resto de la gira ‘Lo niego todo’ debido a una «disfonía aguda» que le exige al cantautor un reposo de 30 días, lo que confirma que el concierto que interrumpió en Madrid fue el abismo insalvable entre querer y poder
                                                                                            
Después de la inopinada finalización del concierto de Sabina, el pasado sábado 16 de junio en Madrid, a la hora y media de su inicio, las redes (in)sociales, plagadas de justicieros de gatillo facilísimo, no tardaron en practicar uno de nuestros más infames deportes: trocear el árbol caído. Cientos de killers parapetados bajo viles seudónimos, le brearon de lo lindo. Y ahora resulta que Joaquín, el pobre, tenía razón.

Iñaki Antón: «No siento que yo pueda ser alguien tan importante, y quizá eso me libere de mucha presión»

Iñaki Uoho Antón. (Foto: María Martín Pareja.)


Son numerosos los títulos que Iñaki Antón (Bilbao, 1964) ostenta. Fundador de Platero y Tú. Responsable, junto con Roberto Iniesta, de la música de Extremoduro desde hace más de dos décadas. Guitarrista excelso y, en suma, leyenda viva del rock español. El grupo que creó en 2006, Inconscientes, acaba de publicar su tercer disco de creación, No somos viento, compuesto de nueve canciones poderosas, sólidas, puro rock. Un trabajo coherente que reivindica a los clásicos y se desmarca del pop teñido de rock de diseño que manda hoy día en las radios. Fito Cabrales, Kutxi Romero (a quien las letras le deben mucho) y Carlos Tarque han dejado su impronta vocal en él. 

martes, 19 de junio de 2018

Y sin embargo, Sabina se rompió

Joaquín Sabina en pleno quejío.


En un WiZink Center al límite de su capacidad, Sabina sufrió una afonía y hubo de dar por finalizado el concierto tras interpretar una docena de canciones

Anoche, en Madrid, a Sabina le pasó lo peor que le puede suceder a un cantante en plena faena: quedarse sin voz. Anoche, al público entregadísimo y ávido de Sabina que colmaba el WiZink Center (más de 15.000 personas de varias generaciones), le pasó lo peor que les puede suceder a quienes asisten a un concierto: que el cantante se quede sin voz y, a la hora y media escasa de su inicio, se enciendan las luces y se les anuncie que la fiesta ha llegado a su fin.

miércoles, 6 de junio de 2018

Claro que sol rima con rocanrol

Rulo, flanqueado por sus compinches Pati (izqda.) y Fito, en un momento del concierto.

Con un luminoso concierto ‘after hour’, Rulo y La Contrabanda clausuraron la gira ‘Objetos perdidos’ en un Teatro Nuevo Alcalá que rozó el lleno 

Resultaba un tanto extraño. Todo estaba oscuro y sobre el escenario, dispuestos en línea, cinco músicos concentrados, entregadísimos, ofrecían un concierto de rock. El público bailaba y cantaba (se las sabía todas, qué bárbaro), gritaba, se despendolaba. Era, en suma, feliz por unas horas. Y el arriba firmante habría jurado que eso solo podía darse bajo el mandato e influencia de la luna.

Pero no. En el exterior del recinto un sol primaveral coloreaba las calles, y en un Madrid anárquico y bellísimo por, entre otras cosas, su natural anarquía, la gente compraba el pan o el periódico, o desayunaba tardíamente en una vivificadora terraza.

miércoles, 3 de enero de 2018

Queridos Reyes Magos… (ocho recomendaciones literarias para el incipiente 2018)

Ensayos, artículos periodísticos, cuentos, novelas, biografía, poesía... Ocho libros con los que viajar bien lejos sin moverse de casa.

Con los generosos Reyes ahí mismo, última parada navideña, cualquiera de los libros que reseño extensamente en esta entrada ―los cuales vieron la luz el recién enterrado año y continuarán vivos, seguro, en este 2018― será una opción mucho más acertada, háganme caso, que un perfume o una corbata.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Ojos negros

El actor George Clooney y su mujer, la abogada Amal Ramzi Clooney.

Ya no nos miramos a los ojos. Y cuando lo hacemos, el dueño de los ojos observados no repara en ello porque quien le mira lleva puestas unas gafas de sol cuyos oscuros visillos impiden ver hacia dónde apunta. Impiden ver la mirada, cuna de casi todo.

Entre el inevitable móvil y las gafas de sol, el hombre de hoy en día contradice aquella sentencia de Umbral: «La humanidad tiene sed de humanidad». Basta con echar un vistazo en torno para comprender que no se atisba ese deseo por ningún lado. Al contrario, es como si tratáramos de levantar un muro de protección entre nosotros y los demás, un dique, una defensa.