jueves, 14 de diciembre de 2017

Ojos negros

El actor George Clooney y su mujer, la abogada Amal Ramzi Clooney.

Ya no nos miramos a los ojos. Y cuando lo hacemos, el dueño de los ojos observados no repara en ello porque quien le mira lleva puestas unas gafas de sol cuyos oscuros visillos impiden ver hacia dónde apunta. Impiden ver la mirada, cuna de casi todo.

Entre el inevitable móvil y las gafas de sol, el hombre de hoy en día contradice aquella sentencia de Umbral: «La humanidad tiene sed de humanidad». Basta con echar un vistazo en torno para comprender que no se atisba ese deseo por ningún lado. Al contrario, es como si tratáramos de levantar un muro de protección entre nosotros y los demás, un dique, una defensa.