sábado, 1 de julio de 2017

El arte de transgredir sentado

Roberto Iniesta ejecuta, sentado, una de sus estupefacientes canciones de amor y de guerra. (Fotografía: Mikel Masa.)


Acompañado de los músicos con los que ha levantado sus dos discos en solitario, Roberto Iniesta ofreció un concierto intenso y emocionante en un colmado Teatro Circo Price

«Cuántas cosas es un hombre». La frase es del escritor mexicano Élmer Mendoza, quien en un destello de lucidez dio con una de esas milagrosas sentencias capaces de contenerlo todo. Es incontestable: un hombre ―todos los hombres― es y está hecho de muchas y diversas cosas, como una suerte de puzle de sentimientos y contradicciones, de pura vida. Sin embargo, y aquí podría ampliarse esa máxima, lo que en verdad lo hace único, sin par, es ser siempre él mismo. Mantenerse fiel a sus convicciones y creencias y no dejarse arrastrar ni contaminar por la opinión dominante, las modas ni (en el caso de los artistas) la tiranía del mercado, que es pan para hoy y olvido para mañana.