martes, 12 de enero de 2016

Bowie, señales y cicatrices (adiós, criatura genial e imperfecta)



Esos ojos. La mirada más enigmática del rock era originariamente azul en su totalidad, pero un directo recibido en el ojo izquierdo por parte de su compañero de colegio George Underwood ―ambos pretendían a la misma chica, y hasta ahí podíamos llegar― la alteró para siempre: Bowie fue operado varias veces y su pupila quedó dilatada de por vida. Durante años se pensó que padecía heterocromía ―iris de distinto color― pero el nombre médico de su patología es anisocoria, asimetría en las pupilas. Curiosamente, el agresor, músico y diseñador artístico, coincidió con Bowie en distintas bandas iniciáticas y diseñó las portadas de dos de sus primeros discos, Hunky Dory (1971) y The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972).

lunes, 4 de enero de 2016

Con Lemmy muere uno de los mayores calaveras de la historia del rock


(Obituario publicado en el diario El Mundo el 30 de diciembre de 2015)

No es cierto que el rock y la mala vida vayan ineludiblemente de la mano. Hay, de hecho, notables ejemplos de iconos de ese estilo musical ―con su satánica majestad Mick Jagger a la cabeza― que, pese a su corsario pasado, hoy son pulcros hombres de negocios que se declaran adictos al agua mineral, el pilates y los desfiles de alta costura.
 
Por fortuna, siempre hubo clases. Y la marcha hacia el infierno de Lemmy Kilmister, fundador, cantante, bajista, compositor y líder de Motörhead, nos ha recordado que hubo un tiempo en el que era posible desafiar a la muerte a las cartas y ganarle incontables manos. Por más que, al final, ella, la muy (la más) puta, se termine haciendo con todo el botín.