Rulo, en un un momento de su actuación en el antiguo Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid con motivo de la gira El doble de tu mitad. |
Rulo y su Contrabanda
ofrecen un concierto sin apenas anticlímax en el WiZink Center, ante 5.000
entregados asistentes
Hace
ya tiempo que Rulo alcanzó un estatus que provoca en los indies, esa estirpe que recela del éxito, un indisimulado rictus de
desconfianza. Sin ser aún un galáctico, el músico cántabro, cada vez más
integrado en la vida madrileña, se mueve en una zona musical envidiable. Una
zona que le permite vivir bien de su trabajo y que la calle no sea todavía una
jungla hostil, sino un lugar en el que sentirse querido sin dejar de ser libre.