Manolo Tena y el arriba firmante, en tiempos remotos, cara a cara. |
Cuando
lo conocí en persona, a mediados de los noventa, Manolo Tena ya había superado la sobredosis
de gloria y aun la resaca de desubicación que le proporcionó Sangre española, el disco de mayor éxito de su carrera. Un disco
tocado por los dioses, ya que nueve de los diez temas que lo integran se acercan a la categoría de clásicos. Atrás, muy atrás, quedaba su bautismo de fuego con Cucharada, formación
con alma punki y carcasa cabaretera que ya sólo por su actitud disidente y su
osadía merece un respeto retrospectivo. También su doctorado musical al frente
de Alarma!!!, el más elegante grupo de rock español de todos los tiempos: su catecismo lo presidían César Vallejo y The Police ―una
mezcla demasiado exótica y exquisita para los rudos paladares del momento,
ávidos de amores a primera vista y poco dados a las sutilezas―, y sonaban como ninguna otra banda de entonces: duros pero sin esconder su marcada influencia pop, modernos aunque con un dejo barriobajero. Directos y líricos a un tiempo.