La
mañana en la que me he citado con Eva Amaral (Calatayud, Zaragoza, 1972) y Juan
Aguirre (San Sebastián, Guipúzcoa, 1965) tiene una inquietante luz de
anochecer. Como si el día, en la terraza de un conocido centro cultural de
Madrid, se hubiera mimetizado con el título del disco que ha motivado nuestro
encuentro, Nocturnal (Discos
Antártida). Se trata del séptimo de su muy exitosa carrera y, quizá, del más
homogéneo de los suyos, tanto en lo referido al sonido como a la temática. Tras
el murmullo de los flashes, esquivamos el frío en el interior de una suerte de
invernadero. Allí comenzamos a hablar del ayer y del hoy ―tan distantes y tan
cercanos― de su trabajo, que es, también, como el de todo artista entregado, su
vida, y de otros elementos del paisaje omnipresente de este país.