Son legión quienes
sostienen que este actor sigue siendo, cumplido ya el medio siglo, el más guapo
entre los guapos, y quizá estén en lo cierto. Al margen de las encuestas, que
año tras año lo sitúan en los primeros puestos de los hombres más bellos y
sexys del planeta, hay que conceder que físicos como el suyo, de esa pureza, no
abundan. Y no estoy hablando del metro en hora punta, que ahí ni de coña, sino
en lugares en donde los guapos, de tantos como hay, no son noticia: en la grey de
la música o en la del deporte, por citar dos ejemplos. Y en esa Arcadia soñada no
me viene a la cabeza nadie que tenga un rostro que se asemeje al de Brad Pitt.